martes, 28 de febrero de 2012

Y decidió dormir una vez mas

Como ya era de costumbre, sentado allí en las nubes,
era tan alto que con tan solo alzar el brazo se podían
tocar las estrellas. en sus manos un largo telescopio
tan brillante como el sol mismo.

Abajo una metrópolis como cualquiera, de anchas calles,
mucho bullicio y grandes cantidades de concreto apiladas
una encima de la otra. Es allí donde nace su curiosidad,
en un pequeño parque, un árbol de cerezas que en su
temporada mas bella se veía adornado de centenas de
puntos rojos todos tan brillantes y jugosos, menos
uno, la curiosidad era tan grande que día a día nuestro
observador ya le dedicaba un buen tiempo tratando de
comprender por que era tan bella esa cereza pero distinta
a a la misma vez.

Casi se podía saborear aquella cereza tan solo con
observarla, la obsesión no lo dejaba dormir, día y noche
pensando en alcanzarla, queriendo ser un simple ser
humano y así poderla cosechar con sus propias manos.

Llego el invierno y poco a poco la fría y sombría lluvia
no lo dejo ver su paisaje. ya había pasado tanto tiempo
haciendo lo mismo que ya no tenia con que entretenerse,
se perdió en su propia rutina, cegado y lleno de aburrimiento
decidió dormir una vez mas...

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